Lo de la gente en el monte

De un tiempo a esta parte (concretamente desde la pandemia), la gente se ha echado al monte. No como en tiempos de nuestros abuelos (que ojito, todo llegará, con las cositas que se oyen, se ven y se sienten), pero sí que la gente es como que se tiró de cabeza a hacer actividades que antes no había hecho (e incluso había menospreciado), sin preparación, información, ni cabeza.

Que no digo yo que la gente no pueda ir, faltaría más… pero, ¡caray! infórmate, entérate, déjate aconsejar, y sobre todo, usa la cabeza.

Porque vamos a ver… aunque no hayas ido en tu vida a andar por la naturaleza, la lógica te dice que hay piedras, palos, tierra y cosas ¿no? Por lo tanto, el calzado debería ser adecuado ¿no? Es decir que para subir a una cascada por un camino de cabras, no vas a llevar puestas unas chancletas de las de meter entre dos dedos ¿no? Oye, pues sí.

Sube la gente a sitios que vale que no es una ascensión en el Himalaya, pero entre rocas y así, casi con tacón. Luego pasan cosas… ¡no van a pasar!

Hace poco estuvimos en una cascada en Sallent de Gállego. El Salto se llama. Es un paseo cortito y llegas a una cascada chula de ver, pero el camino en algunos trozos es una pista, pero en otros un camino de cabras que desde el pueblo se ha intentado arreglar un poco, pero no deja de ser un sendero por el monte. Pues bien, con calzado cerrado íbamos como el 50%. Con sandalias de monte un 25% (que no me parece el calzado correcto por los dedicos, pero bueno, la uña te la juegas tú). Después, todo tipo de calzados no aptos para estos caminos que podamos imaginar, desde chancletas a zapatillas con cuña…

Como digo es un sitio bastante visitado, típica cascada que en media hora sin mucho esfuerzo llegas, y instagrameable a tope, así que va la gente en procesión. Pues bien, en todo ese abanico de gente que había ese día, y aquí Aita, Hija1, Hija2 y la que escribe criticando entre nosotros todos los calzados que veíamos, de repente aparece la guinda del pastel: tres hippies en comunión con la naturaleza, descalzos entre las rocas y con una guitarra, que todos sabemos que es imprescindible a la par que cómoda para llevar al monte. Y así.

Fuera coñas, la cosa empieza a ser un poco preocupante, al menos por esta parte del Pirineo (valle de Tena).

Reconozco que de txiki, andando por estos montes con mi familia me he bañado en ibones (oscuás qué frío), hemos pateado por todas partes, hemos subido y bajado y pasado noche en refugios libres. Pero éramos cuatro colgados los que hacíamos estas cosas.

Ahora se ha puesto de moda, y con la publicidad que hacen las redes sociales… se está saliendo de madre.

En otro sitio de por aquí (ibones de Anayet) se ha puesto de moda, gracias al tiktoker de turno ir a pasar la noche. Pero no en una cosa discreta, en plan vivac o así, no… con la tienda de campaña de esas circulares de montar en dos segundos (ergonómica como nada para subirla, y una gran ala delta como te pegue una racha de viento), el saco (que parece de patatas por el tamaño) colgando de la mochila escolar y el que no sube esa mochila, con la mochila nevera (de moda también en decathlon) para subir las cervecicas bien frías en lata, que luego si nos acordamos las recogeremos; si no, pues ya si eso.

Para mi el problema no es el hecho de subir a dormir al monte; yo lo he hecho y es una experiencia realmente bonita y chula. El problema es el cómo se hace. Por un lado no se siguen las normas (hay que pedir permisos, las tiendas pueden estar montadas un tiempo determinado, las distancias a lagos, ríos e ibones…); por otro, no se conoce nada del entorno: hay quien se baña en este ibón, que no tiene corriente de agua que la renueve, llevándose por delante el ecosistema de algunas especies especiales; mueven piedras para que el viento no les moleste en las tiendas, destrozando la madriguera de los señores Marmota; dejan sus pises y cacolas (con el correspondiente papel) en cualquier parte; y para terminar, suben y acampan sin comprobar la meteo, no sé si por cargar el móvil para la foto con el rayo que les caiga o qué plan… porque está habiendo tormentas majas de tarde, ¡y ahí siguen!

Este último fin de semana la Guardia Civil (SEPRONA) ha cursado seis denuncias a gente de esta, “acampadores sin conciencia” les llamo yo. A ver si de esto también corre la voz y se lo empiezan a pensar dos veces.

Es tan sencillo como que si vas a hacer alguna ruta de estas que salen, te informes, te prepares y vayas sin necesidad de dejar tu huella, que no hace falta.

1 comentario de “Lo de la gente en el monte”

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