Ya he comentado alguna vez que una de las cosas que más me gustan es la música. De todos los tipos, géneros y clases. Mi lista de spotify es para verla… Tengo desde Offspring hasta nuevos músicos salidos de Operación Triunfo, pasando por Extremoduro, Pink, Sabina, Zea Mays, Amaral, Bon Jovi, ETS, Britney Spears, Zaz, Ed Shenan, Bruno Mars, Green Day, Adele, Love of Lesbian, Silvio… Vamos, un despropósito.
Como el idioma universal es la música, me da igual la lengua en que esté escrita la canción: euskera, castellano, francés, catalán, inglés… Eso sí, si una canción me gusta, busco la letra para saber qué dice, no sea que estemos cantando yo qué sé lo qué…
Porque, ¿no os pasa que a veces cantas una canción hasta el cansinismo, en castellano, durante años y años, y de repente escuchas realmente la letra, y dices: “¡buala! así que decía esto? A mí sí. Hay letras que desde la primera vez que la oyes analizas la letra, pero otras que con los años descubres cosas; y para mí está muy guay.
Utilizo la música para mis cosas, para estudiar, para hacer deporte… siempre tengo algo sonando. También es cierto que, dependiendo del momento, como todo ser mortal, apetece más una música que otra; pero acompaña siempre.
Y si hay algo que me resulte mágico y especial, es la música en directo. No sé, supongo que es la energía que desprenden las personas sobre el escenario, y la entrega del público en el show. Me flipa.
Y nada, pues que hace poco pude (pudimos, Aita y yo), revivir las actuaciones en directo, como en los viejos tiempos (con mascarilla, eso sí), pero nada de esto de la gente sentada y tal… no; bailando y cantando como antaño.
Nerviosa ya desde unas semanas antes. Hay que decir que las entradas las compré allá por julio de 2020, cuando (flipados de nosotros) pensábamos que en octubre de 2020 la cosa estaría ya calmada… angelicos… Se trasladó el concierto a marzo de 2021, y finalmente se ha celebrado en noviembre de 2021. Y nos la gozamos. Salí sin voz, como debe ser, con dolor de pies de tanto bailar, y con ganas de otro. Esta es una de las razones por las que no hubo post la semana pasada… había que recuperarse, que ya no tenemos 20 años, y los desmadres se pagan…
Y bueno, hablando hablando, estuvimos acordándonos de conciertos a los que habíamos ido, grandes, pequeños, de aquí, de allá… y estuvimos hablando de conciertos míticos, tanto por el artista como por los recintos o casuística en torno al espectáculo (algunos MUY espectáculo).
El primero al que fui, así con amigas, yo creo que tenía unos 14 años. Fue en el salón de actos de un colegio, y era un grupo que me encantaba: Sorotan Bele. No recuerdo ni cuánto costó la entrada, igual 500 pesetas (sí, pesetas), y me lo pasé pipa.
En aquellos tiempos (bueno, igual ya con 19-20 años) era bastante habitual que hubiese conciertos de grupos emergentes (o ya emergidos) de por aquí en sitios, cuando menos… ¿cómo decirlo? en que las medidas de seguridad y los permisos de sanidad pues… ya si eso. En frontones, polideportivos, gaztetxes… hasta en naves industriales. En alguno de esos sitios disfruté del directo de Su Ta Gar.
Reincidentes.
Exkixu: Este concierto me impresionó bastante por la puesta en escena.
Barricada: En la plaza de los Fueros millones de veces en Sanfermines
Conciertos de grupos que ni recuerdo en las txoznas en San Fermines… Aquí hago un sentido homenaje a todas aquellas generaciones que sobrevivimos a los bokatas infernales de las txoznas… aquello sí que era selección natural…
Siguiendo con San Fermin, un año que era algún aniversario importante de Osasuna, o no sé muy bien, organizaron un montón de conciertos (todos los días) en que se pude ver a gente como El Canto del Loco.
La Oreja de Van Gogh. Cuando aún estaba Amaia Montero. No me gustó mucho, la verdad…
Fito y Fitipaldis. Brutal.
Mago de Oz. Una ida de olla total, me dejó un poco así… me esperaba otra cosa, otro directo.
Estos eran en un recito así un poco al aire libre, organizado entre Osasuna y el Ayuntamiento de Pamplona… hubo un poco de todo, pero no proliferó porque estaba un poco donde Peter perdió el gorro, y lo que gusta de San Fermín es estar en el cogollico.
Por supuesto (para quien me conozca), El Último de la Fila, y después Manolo García. De los conciertos que más he disfrutado, ahí, con todo el mogollón de gente. ¡Hasta en Zaragoza lo vi, en un viaje de estos relámpago de juventud!
Ya en plazas de toros o recintos así más grandes, vi a Ana Belén, Víctor Manuel, Joan Manuel Serrat y Miguel Ríos, en la gira “El Gusto es Nuestro”; allá que me fui, con mi señora madre, y nos lo pasamos pipa.
Con ella también estuve, no hace mucho, viendo a Amaia en un teatro grande, como es el Baluarte. Que por cierto, con lo joven que es, vaya bestia de escenario. Me alucinó.
Y en recintos aún más grandes, vi a David Bisbal (sí, fui a un concierto suyo… la vida, yo qué sé).
Chayanne. Qué noche aquélla. Madre mía. Qué moto aquella. Qué concierto. Me encantó.
Carlinhos Brown. Madre qué cansinismo aquel año con María Caipiriña.
Y el recinto más grande de todos… El Sadar, con Bon Jovi. A aquel concierto yo creo que fuimos todos los jóvenes en edad de ir que no estábamos impedidos… semejante cantante en un pedazo de recinto como ese… era de obligado cumplimiento; el acudir, digo.
Seguro que me dejo alguno.
En fin, que creo que la música, los conciertos y demás son cosas que hay que vivir. Estoy deseando encontrar uno majo, cuando vayan pasando estas cosicas del COVID para llevar a Hija1 e Hija2, y que lo disfruten.
El último concierto en el que he estado hace una semana, que os hablaba antes, era de Amaral; probablemente de los mejores conciertos en los que he estado. Muy entregados, con mucha energía, y siguiéndoles casi desde el principio (los vi de teloneros ¡teloneros! hace no me quiero acordar cuántos años), pues eso, maravilloso.
Hicieron algo que me gustó mucho y me gustaría resaltar. Cuando ya iba a acabar el concierto (2 horas y media casi), sacó una lista para agradecer a TODO el mundo que hacía aquello posible. Y con la última canción, cuando salieron a saludar, sacaron a todos los trabajadores implicados en el evento, unas 40 personas, cuando el grupo (Eva y Juan) con la banda sumaban 5. Me pareció una manera maravillosa de visibilizar la cantidad de gente que hay detrás de algo así, y la cantidad de familias que comen a costa de este trabajo, que con esto de la pandemia se nos ha olvidado un poco…
Sigamos disfrutando de la música, y viviéndola en directo. Yo ya tengo las entradas para el próximo.