Porque, queridos amigos, si tenéis hijos en edad de tareas escolares y exámenes a la vieja usanza, he de deciros que sí, que la nota es compartida, al menos durante unos años, hasta que cogen carrerilla (a veces es en primaria, a veces nunca).
Cuando, en el primer curso de primaria, salían los txikis con esa ilusión de tener tarea para casa (ay, inocencia…), poco sabían de lo que vendría después.
Y es que es así; conforme vamos creciendo, nuestras responsabilidades van aumentando, así como nuestras obligaciones, y la verdad es que por ciencia infusa no se aprende la responsabilidad o el hacerse cargo de lo que tengo que hacer para cumplir mi trabajo, por lo que sí, en este camino también hay que acompañarles y enseñarles. Viene en el contrato de padres.
Así que nada, ese primer miércoles (día que tienen fiesta por la tarde, por lo que la profe, muy sabiamente pensó que tendríamos más tiempo), en 1º de primaria, salieron ambas (cada cual en su año) con la ficha en la mano y una sonrisa de “¿has visto qué mayor soy?” que no les cabía en la cara.
Nota: digo lo de que la profe eligió pensando en el tiempo que tendríamos, porque POR SUPUESTO hubo quien se quejó en el famoso grupo de WhatsApp de “familias de 1º A”. Y eso que era una ficha, que en palabras de la profe, no había que dedicarle más de 15-20 minutos… Peeeeeero pues Juanito tenía música, Pepito inglés y Marieta entrenamiento de judo; no venía bien (20 minutos, repito).
Nos dieron las instrucciones precisas para crear monstruitos del estudio, que serviría para que las tiernas mentes cogiesen carrerilla (o hábitos de estudio, según los expertos), como eran: intentar que siempre sea la misma hora, que el lugar sea adecuado, evitar distracciones… Cosa que, con el ritmo de vida que llevamos, extraescolares y demás, resultaba un poco complicado. Lo que le enseñamos fue a buscar el txoko de estudio allí donde tuviésemos que ir (bibliotecas…), y no solo en su escritorio en casa.
Las primeras tareas eran sencillas, eran para crear el hábito, de tengo tarea, no me la olvido en clase (jaja), la hago (jajaja), y al día siguiente me acuerdo (jajajajaja) y la llevo a la ikastola (jajajajajajaja). Que no es que lo vea imposible, a ver, pero por cada ja va un viaje extra a la ikastola, un viaje extra a casa o una pequeña bronca por no hacer la tarea, porque memoria tienen mucha, pero selectiva. Así que les toca asumir ante la irakasle el fallo en una de las fases del proceso (o más), y tragar con las consecuencias. Así aprenden, también.
También empezaban con aquello tan ambiguo de “que lean”. Nosotros hemos conseguido que cojan gustico por la lectura, y casi todas las noches tienen un ratico de sumergirse en historias y aventuras a través de las páginas, pero otros aitas y amas os contaban su desesperación…
Conforme avanzaban los cursos, eran más los días de tarea, y ya eran repasos de lo visto en clase, ejercicios para practicar… Vamos, que se daba ya por supuesto que no se la dejaban en clase ni en casa, y que la hacían (mucho suponer, en algunos casos, pero siempre hay a quien el perro le ha comido los deberes, yo que sé).
Y ya llegaron las evaluaciones por pruebas objetivas (los exámenes de toda la vida), en los que, habiendo atendido en clase, con repasar un poco en casa, se podía salir airoso. Pero consiguieron que les entrase esa inquietud o amor propio por hacerlo bien. Así que tocaba estudiar y repasar en casa, y, como cuando nosotros teníamos su edad, preguntarles y repasar con ellas.
Así que ya me he sacado hasta 6º de primaria, y acabo de empezar con la ESO. Porque sí, para poder ayudarles, lo tenemos que repasar nosotros, y hay cosas que las teníamos olvidadas no, lo siguiente.
Porque así, a bote-pronto, ¿seríais capaces de hacer en papel una división de dos cifras? Sí, sí, de esas de caja… O sin irnos a las divisiones… ¿alguien se acuerda de las restas con llevada? pero nivel explicarlo, y en papel.
¿Y los verbos? Segunda persona del singular del pretérito perfecto simple del indicativo del verbo hablar. Venga, ¡sin pensar!
Los verbos irregulares de inglés los tengo a fuego, no sé por qué, pero me acuerdo de casi todos de la lista… por suerte eso no ha cambiado, porque en otras asignaturas… eso de que Plutón no sea un planeta, lo llevo regular.
Lo mismo que en Lengua Castellana, eso de que solo o guion no lleven ya tilde…
Y muchos ejemplos más que los teníamos olvidados.
Pues nada, toca ponerse las pilas y renovar la primara y la secundaria, para poder echarles una mano, o, si no puede ser, buscar la ayuda fuera si es que la necesitan. Yo que no había repetido nunca…
Por todo esto, cuando vienen y “he sacado un 8,4 en lengua castellana”… Hemos, querida, HEMOS sacado… que esto es trabajo en equipo.