El mundo de las oposiciones

Un mundo; esto del empleo público, es un mundo paralelo al que vivimos, con sus normas, jerarquías… Este post está, de primeras, dedicado a todas esas amigas, familiares y allegados varios que por más que intentamos explicar, nunca nos entienden a los empleados públicos eventuales; ni a nosotros ni por las leyes por las que nos regimos en nuestro mundo laboral. ¡Va por ustedes!

Este domingo (para cuando publique el post seguramente ya haya acabado), se va a dar el examen para las oposiciones para Enfermería de Osasunbidea. Se presentan más de 5357 personas para 424 plazas; ahí es nada.

Nadie que no se haya presentado alguna vez a una cosa de estas sabe lo que en realidad es, y supone, cuando no tienes otro plan B en tu plano laboral.

Yo solo puedo hablar de las de Salud, ya que en otros departamentos o áreas la cosa cambia, y es más o menos ágil, e incluso más o menos justo.

En Salud, partimos de que se convocan cada 3-4 años (o más, según el puesto), y se convocan las, supuestamente, plazas vacantes en el área de salud, en esta ocasión de Enfermería.

Esto supone que las plazas que salen son las que hay de gente que se ha jubilado, ha promocionado y dejado la plaza, y otras que se han creado como Estructurales, pero que al ver su necesidad y su prolongación en el tiempo, han pasado a Vacantes, y hay que cubrirlas (pocas había de estas que pasaban, pero ahora con el apretón de tuercas de Europa, están cambiando a la velocidad del rayo).

¿Sacan todas las que hay vacantes? No. Nadie sabe a ciencia cierta por qué, pero no. Hay quien lleva en su vacante 6 años, con uno o dos procesos de oposición de por medio, y sigue tan ricamente.

¿Puedes pegarte casi toda tu vida laboral en una vacante? En una normalmente no, pero saltando de vacante en vacante y con una estabilidad laboral, sí. Al estar cubriendo una vacante tienes que andar atenta a que no salga en oposición, traslado o acoplamiento, pero para eso tiene un numerico, y cuando salen en el Boletín Oficial de Navarra las identifican con ese número.

Bien. Una vez explicado esto, viene el funcionamiento de las listas, que también tiene su aquel.

En Salud existen dos tipos de listas: Largas y Cortas. Las largas son para cubrir vacantes que todavía no se han adjudicado o no han salido a oposición, o para contratos de más de 6 meses (excedencias, permisos… y en los últimos años Estructurales creadas para el Covid); y las cortas son para jornadas reducidas (tercios, medias jornadas…) que se quitan personas con vacante o plaza, canguros (contratos parciales de fines de semana y festivos o domingos), y bajas que surgen. Del funcionamiento, llamadas, sanciones y penalizaciones, si eso otro día…

El quiz de la cuestión, es estar bien en estas listas, sobre todo en las largas, que al final son las que te van a dar estabilidad… y derechos, sobre todo derechos; y me explico.

Parto de la base de que yo he tenido suerte donde he caído. Yo soy Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería, lo que en otro tiempo era el título de Auxiliar de Enfermería o Auxiliar de Clínica; comúnmente conocidas como Auxiliares o Auxis para los amigos.

Como decía, donde yo he estado cuando iba por listas cortas, hacía un tercio y luego los días que me podían dar para completar el sueldo, tuve la fortuna de encontrarme con Supervisoras que “me cuidaban”, y trataban de que todo el mundo tuviese su tiempo de vacaciones-descanso-despiporre, entendiendo que todas necesitamos descansar, y dentro de sus posibilidades de calendario nos lo concedían. Aquí quiero especificar que también hay que tener claro a qué vas; es decir, si tú has cogido un contrato de verano, no es que sea yo muy lista ni más papista que el Papa, pero hay un 99% de posibilidades de que, por poner un ejemplo tonto, te toque currar en Sanfermines… o que si has cogido un contrato de vacaciones de Navidad, pues te toque pringar en Nochebuena, Nochevieja y todas las fiestas de guardar… es que ¡a eso vas!

En el tema de estar bien en listas, pues hay que tener claro que hay cosas que dependen de ti más que otras.

Por un lado, hay que presentarse a la Oposición (de lo que hablaré más tarde); si no te presentas, puedes apuntarte a las listas en el modo “lista abierta”, pero ahí sí que te quedas en lo que viene siendo el culo del mundo, vas detrás de todo el mundo, y si no tienes ningún punto, el orden es en el orden de apuntarse: el que primero se apunta queda mejor.

El orden en las listas es: Una vez asignadas las plazas a quien se las ha sacado, en primer lugar van los “Aprobados sin plaza”, han aprobado, pero el baremo presentado (de lo que luego hablo) no les ha dejado entre los primeros, por lo que no han conseguido plaza; los siguientes son los “Presentados”, es decir, los que han hecho el examen pero no lo han aprobado; y por último van los de “Lista Abierta”, que ni siquiera se han presentado a la oposición.

El orden viene dado por la puntuación del examen, a lo que se le suma, en el caso de aprobados todo el baremo que tengas (tiempo trabajado, cursos, publicaciones, formaciones, idiomas…), y en el resto solo el tiempo trabajado. Además, si tienes 55 años y llevas 15 trabajando para la administración, pasas a los primeros puestos de tu categoría (Aprobados, Presentados o Lista Abierta).

Así que, importante, presentarte a la oposición, e ir bien estudiada; pero además de esto, entre convocatoria y convocatoria, es importante ir aumentando baremo, para que el día que hagas el examen, los astros estén alineados y la Diosa Fortuna (porque hay mucho de esto) te toque el cerebro y apruebes el examen, es importante tener baremo para adelantar a cuantos más mejor, y conseguir una plaza fija o quedarte chupi piruleta en la lista. Por lo que toca inflarse a hacer cursos, expertos, publicaciones, adoptar estudiantes de prácticas y meter horas en la Escuela de Idiomas, además de estudiarte todo el temario.

Con todo esto, queda claro que el hacer una oposición (no digo ya el sacar plaza), supone una inversión de tiempo, dinero, salud e ilusión bastante importante. Tiempo, que quitas de otras cosas, como familia, amigos, aficiones…; dinero, porque cada curso, experto y demás cuesta una pasta gansa (menudo negocio tienen ahí montado), amén de las academias para preparar las oposiciones; salud, porque no tienes ni tiempo para pensar en cómo estás, además de la carga y presión que supone para tu salud mental; e ilusión, porque al final pones toda la carne en el asador, para conseguir dedicarte al trabajo por el que tienes vocación, si no, de qué.

En cuanto a la oposición en sí, el examen consiste en un cuestionario tipo test de 100 preguntas, con algunas de reserva para las alegaciones, anulaciones y tal y tal que vendrán más adelante, con 4 opciones de respuesta (a veces 3, según les dé el siroco), y normalmente por cada 4 que contestas erróneamente, te restan 1 que hayas contestado bien (esto es según Comunidades Autónomas). Con lo cual, la primera carta (aprobar o no) te la juegas aquí; a partir de ahí, a inflar el baremo.

¿Es cuestión de suerte? Pues en parte sí, pero hay que ir bien estudiada, que si no, no se llama a la suerte…

Si además de todo esto (presión, preparación, vida personal…) sumas la situación en la que se ha dado esta convocatoria, pues te queda el cuerpo de enfermeras que se nos está quedando… “cuerpo-escombro” que dicen en mi casa: situación de pandemia, presión hospitalaria, falta de personal (de cuyas razones hablaremos en otro momento), y en muchos casos falta de descanso por no haber podido cubrir vacaciones. Trabajar, atender a la familia y estudiar, durante un tiempo más o menos prolongado no lleva a nada bueno: estrés, ansiedad, agobios varios…

Así que solo me queda deciros, Enfermeras, que a por todas, que valéis un huevo, y que, pase lo que pase, sois la caña; que un examen no define el tipo de profesional que sois, y que aunque pueda marcar en parte vuestro futuro laboral, pues es que nunca se sabe… como leí una vez por ahí, “la vida es eso que pasa mientras nos empeñamos en hacer planes”.

Mucha mierda a todas, y en especial a mi Sis.

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1 comentario de “El mundo de las oposiciones”

  1. Pues eso, mucha mierda a tod@s l@s que habéis hecho la proeza de preparar opos trabajando y con familia. En especial a mi txiki

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