¿De dónde vienen los bebés?

Ohú qué gran pregunta…

Érase una bonita tarde de primavera en que iba con mis hijas en el coche a no recuerdo qué actividad extraescolar. La manera de viajar todavía era con las dos atrás en su silla o alzador. Hija1 tenía 8 años e Hija2, 6.

Mis hijas tienen la mala costumbre de hacer las preguntas “clave” en momentos que como que no. Por ejemplo, en el coche, sin poder tener una conversación fluida frente a frente; el día de la Comunión, con toda la familia por ahí, incluidos los sobrinos (esta historia da para otro post, es tremenda); en la cola del supermercado… Yo creo que es en plan “ahora la tengo acorralada, no puede huir, voy a preguntar y ¡a ver qué pasa!”.

Pues lo dicho: yo, atenta a la carretera, ellas mirando por la ventanilla, y a Hija1 se le enciende una bombilla:

-Ama, hoy en la ikastola nos han explicado “eso”.

-Eehh… ¿”eso”? No te entiendo, ¿a qué te refieres? (yo sabía perfectamente, pero tenía que ganar tiempo).

-Pues “eso”, lo de los bebés (Hija2 sale de su mundo particular y decide prestar atención a la conversación).

-¿Qué de los bebés, hija?

-A ver, ama… pues cómo se hacen y eso. A ver (se pone seria) nos han dicho que el chico mete el pitilín en la potxeta de la chica (sí, en mi casa se llama potxeta o potxetica).

-Sí, algo así es…

Momento de silencio en el coche. Yo a mi carretera. Hija1 pensando, que le oía yo desde el asiento delantero. Hija2 no se perdía una, grababa todo en el disco duro.

-Pero a ver, ama… ¿¡Eso es real!?

-Eeeeehhh… Sí

-¡¡¡¡QUÉ ASCO!!!! (Nota mental: graba a fuego esto para años venideros… ya me vendrás, Hija1, ya me vendrás…).

Hija2 sólo se reía.

Más tarde pudimos tener la conversación en casa, alrededor de la mesa de la cocina, que es donde se dan las conversaciones serias, y explicarle un poco mejor. Pudimos explicarles la importancia de la afectividad, de quererse a una misma, del NO es NO, de los cambios del cuerpo y el cómo se prepara para ello… la verdad es que fue muy bien, y creamos la base para que puedan preguntar y hablarnos de cualquier cosa.

Hubo alguien que nos aconsejó que con este tema (y otros) no era recomendable dar largas; el momento de hablar de sexualidad con los hijos creo que es la primera vez que preguntan. Evidentemente, de una manera adecuada a su edad, pero no escurrir el bulto; más que nada porque van a querer saber, y prefiero ser yo quien les dé la información a que la busquen en amigos, en internet… que es lo que pasaba en nuestro tiempo, y terminaba siendo un tema tabú, y estábamos mal no, fatal informados.

Como ya he comentado en otras ocasiones, mis padres eran adelantados a su tiempo, y teníamos un libro que explicaba muy bien para niños todo el tema de la sexualidad, así que lo busqué y lo compré para las chicas (pongo una fotito de la portada).

Portada del libro "¿De Dónde venimos?". se ve el título y un bebe saliendo por la O

He de decir que es un primer contacto, es cierto que habla un poco de la afectividad, de la parte física y de cómo venimos al mundo; pero yo lo veo como un punto de partida… tiene cosas a mejorar, pero hay que contextualizarlo, es el primer libro sobre sexualidad explicada a niños que hubo en España… tiene como más de 40 años y muchas cosas que se deja en el tintero: no se menciona la vulva y sus partes en todo el libro, del parto apenas habla, y da por hecho que todas las parejas son heterosexuales; pero lo dicho, como punto de partida yo creo que no está mal.

Recuerdo volver del cole un día que nos habían hablado del tema y preguntarle a mi madre, ella contestó como pudo… era otro tiempo, y aunque como digo, adelantada a su tiempo, había ahí un poso de lo que ella había vivido…

Es curioso, hace poco estuvimos hablando de todo esto en una comida familiar y ella se daba cuenta de lo que le había cambiado el discurso (“nos tenían más engañados…” dice siempre). Soy la mayor de 3 hermanos, con mi hermana pequeña me llevo 11 años; en ese intervalo de tiempo, llegó del “hay que llegar virgen al matrimonio” (porque por supuesto, había que casarse) que me decía a mí, al “ten cuidado y toma precauciones” de mi hermana. Y ella feliz de su evolución, y nosotras con ella.

Supongo que toda esta no-educación sexual y afectiva nos ha pesado a unos más que a otros, a la hora de afrontar la primera vez de todo: la primera regla, primera relación, primer orgasmo, el autoconocimiento… Y el afrontamiento de ciertas situaciones de violencia, o de momentos incómodos que no hemos sabido identificar, porque “era normal” o “no era para tanto”, que luego te pones a analizar, con los ojos de ahora, y con la información que tienes, y esperas que aquello que has vivido o que te han contado no les pase a tus hijas.

Yo tuve la suerte de tener un padre y una madre que nos inculcaron el querernos a nosotros mismos (a los tres), y no depender de nadie ni económica ni emocionalmente; que si estábamos con alguien fuese porque queríamos estar, no por necesitarlo, o aquello de “no poder vivir sin él”. Es un proceso, claro; por mucho que te digan, de adolescente tienes que vivirlo y aprender, pero el poso está ahí.

Con Hija1 e Hija2 intentamos darles más información y ser accesibles, evitando poner trabas a las preguntas o correr tupidos velos. Con series, con noticias, con cosillas que ven en redes sociales…

Hasta ahora hemos conseguido que más o menos pregunten y poder hablar las cosas con cierta normalidad; a veces las pudorosas son ellas, pero supongo que aún hay cosas que no, y menos si estamos entrando en la adolescencia. Aquello de “mis padres no…”. Hay que respetar sus tiempos y no forzar tampoco este tipo de conversaciones, porque terminarán por cerrarse en banda, y eso no queremos.

Hay otro libro, que incluye muchas más cosas y que para las txikis (no tan txikis) me pareció bastante adecuado. Hija1 lo ha leído, le ha gustado, me ha preguntado cosas (“es que tú lo has vivido, a Aita no le pregunto porque no es chica”), y creo que le ha servido para acercarse a lo que se le viene:

No sé ni cuántas ediciones lleva ya, pero la verdad que explica de manera sencilla, clara y motivante todo lo concerniente al ciclo menstrual, las emociones y el ser chica en general.

El tema de la educación sexual es uno de los que más miedo nos da a los padres y madres, yo creo, pero soy de la opinión de que tenemos que quitarnos esos temores y explicarles lo que a nosotros nos hubiera gustado que nos explicasen a su edad, de manera que tengan una vida sexual y afectiva sana y segura.

¿Que se van a equivocar? Evidentemente, como todos. Pero teniendo información, tendrán más posibilidades de cuidarse y de hacer las cosas bien.

¿Que nos va a parecer todo demasiado pronto? Seguramente; pero hay que confiar en ellos y ellas.

¿Que da un miedo que te cagas? Bienvenida, bienvenido, a la maternidad, a la paternidad.

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