Pues nada hijas, este 8M nos quedamos en casa.
No es que estemos en contra de la manifestación, ni compartamos algunos argumentos que se dan por ahí. Es simplemente que no creemos que sea momento.
Que han permitido otras manifestaciones o concentraciones, no quiere decir que estemos de acuerdo con que lo hayan hecho (en nuestra ciudad permiten las concentraciones en barrios, este 8M). Si en un montón de ámbitos se lo han currado para presentar formatos alternativos, aquí también deberíamos hacerlo.
Porque esta manifestación suele tener carácter festivo, y finalmente nos terminamos olvidando de la distancia de seguridad (no me gusta el término distancia social).
Porque creo que el movimiento feminista es un movimiento vivo, y capaz de hacerse ver, y hacer ver la lucha de otras mil maneras, que no únicamente en modo manifestación. ¡Démosle a la imaginación!
No comparto los argumentos de: “los niños entendieron que no hubiese cabalgata”. Los niños no entendieron una mierda, con perdón. A los niños les dices que vienen los Reyes a la cabalgata, y superbien; les dices no han podido venir por el covid, y superbien. Entienden lo que queramos que entiendan (por muy listicos que sean); y la cabalgata, queridos padres y madres, no deja de ser un cuento que nos hemos inventado para que las Navidades sean todavía más mágicas para ellos, y una excusa para la ilusión (aparte que se hicieron cosas alternativas, como cabalgatas a distancia o exposición de carrozas).
El 8M no es una llegada de los Reyes Magos, no es una fiesta porque sí y por ilusión, ni nos dan juguetes nuevos.
Es una REIVINDICACIÓN, un hacer ver que hombres y mujeres, todavía no somos iguales, ni tenemos las mismas oportunidades;
que las personas no somos tratadas de igual manera en según qué situaciones;
que el nivel de exigencia social es desigual, en distintos ámbitos;
que hay momentos de inseguridad que no deberían existir;
que la solución a un problema que no creamos las mujeres, tenemos que ponerla nosotras, viendo cercenada nuestra libertad;
que nos queremos vivas;
que el problema no es “cómo iba vestida”, sino “quiso violarla y la violó”;
que la educación es la base par una igualdad real;
que el que en (introduzca país que ha oído al cuñado de turno) estén peor, no significa que aquí estemos bien y no tengamos que protestar;
que falta mucho camino por recorrer, y hay que luchar por todo ello.
Me dejo muchos “ques”, lo sé, pero podría ser esto la lista de los Reyes Godos; si sabes de qué va la lucha, los conoces; si no te interesa, probablemente no llegues a leer hasta aquí.
Llegará de nuevo el momento en que podamos convertir nuestra reivindicación en una fiesta reivindicativa; podamos meter todo el ruido que queramos a ritmo de txaranga, batukada, cacerolada o pitada monumental; podremos salir con nuestros carteles, con nuestras pinturas en la cara, y nos haremos ver y sentir.
Mientras esto llega, y hasta que el virus no remita, lo haremos desde casa.
Este 8M lo celebraremos mostrando camisetas, carteles desde el balcón y educando día a día a Hija1 e Hija2.
Es lo que toca. Ya vendrán mejores días y entonces iremos a tope.!!!!!