Qué bonito momento, ese en el que los hijos piden una mascota (como si Hija1 e Hija2 no tuvieran suficiente la una con la otra…).
Si eres muy de mascotas, tienes sitio incluso para un elefante y ninguna alergia, este no es tu post. No voy a defender a ultranza el tener una mascota, lo siento.
Veo sus partes positivas de cara a la educación de HIja1 e Hija2, como el tener una responsabilidad, enseñarle a tratar bien a los animales, el lazo que se crea entre los niños y el animal (si es de los que interactúan).
Pero también veo los inconvenientes. Voy a hacer un repaso sobre las típicas mascotas, las que hemos tenido, las que no tendremos nunca y las que según situaciones podría darse.
Parto de la base de que si vas a tener un animal en casa, tiene que estar bien cuidado, bien atendido y que no es un juguete. Requiere responsabilidad y dedicación, además de tiempo. Con esto quiero decir que, aunque utilice la ironía en el post, no llevo nada bien cuando veo un animal mal cuidado o abandonado o males de estos. A Hija1 e Hija2 les hemos dejado siempre muy claro estos puntos. Dicho esto, allá vamos.
Perro. Tengo muy claro (tenemos, mi chico y yo, que lo tenemos muy hablado), que en un piso no vamos a tener un perro. Porque a nosotros nos gustan los perros majos, los perros grandes, no esos con los que te tropiezas porque no los ves, y que van ladrando en tono agudo, nos gustan con ladrido de Constantino Romero; así que de momento descartamos perro. Les tenemos dicho a Hija1 e Hija2 que tendremos perro el día que tengamos casa con jardín; y ahí estuvo, el angelico (Hija2) con 5 años ahorrando en la hucha para la casa con jardín. Luego ya se dio cuenta de que igual no le daba… pero no pierde la esperanza.
Gato, descartado; tengo alergia. Me gustan, pero no puede ser. Y no voy a cometer la inconsciencia de preguntarles si prefieren gato o madre… por si acaso.
Peces, ya tuvimos. Les regalaron unos peces de estos naranjas que todos hemos tenido alguna vez en nuestra vida. Uno aún sobrevivió un tiempo… el otro era idiota, directamente. Saltó de la pecera hacia afuera, se metió un trompazo majo, y aunque lo metimos rápido al agua, no sobrevivió mucho más; nadaba solo con una aleta (como Nemo, pero este por la lesión cerebral, si es tenía cerebro para lesionárselo, porque mira que saltar de la pecera…).
Esto pasó el mismo día que llegaron a casa, y encima era el de HIja2, que es una intensa de manual, así que no quedó otra que ir a una tienda de mascotas a por otro. Este duró algo más, pero no son peces con una esperanza de vida muy allá va…
El otro se metió (todavía no sabemos cómo) en un hueco QUE NO HABÍA entre el cristal de la pecera y el filtro. Aunque lo rescatamos, no sobrevivió por mucho tiempo.
No nos acompañaron, por tanto durante mucho tiempo. Tenían unas tendencias un poco cuestionables, parecidas a las de los ingleses con el balconing o los guiris de San Fermin con la Fuente de Navarrería, no sé… quizá tomaban té a las 5, y no quiero decir nada…
Eso sí, ellas se turnaban para darles de comer, les ayudábamos a cambiar el agua… Fueron responsables, lo hicieron bien.
Tortuga, también tuvimos. De hecho nos acompañaba antes de que llegasen Hija1 e Hija2. Estuvo varios años con nosotros. De tener un tamaño chiquitín cuando llegó, terminó teniendo un tamaño majo, y pesaba un huevo. Y encima mordía la jodía (o jodío, nunca supe si era macho o hembra). Tras unos 9-10 años con nosotros, se fue al cielo de las tortugas. Nos la encontramos quieta en el agua, Aita “se encargó de todo”; sonó muy mafioso… él se encargaba de que no quedasen pruebas…
Pájaros. Pues no hemos tenido, aunque yo de pequeña tengo un vago recuerdo de que tuvimos cuando era una tierna infante. Eran 3, uno se escapó no se sabe cómo, otro cuando un amigo de mi padre abrió la jaula, y con el tercero no tengo ni idea de lo que pasó. No me dejaron mucha huella, fue algo efímero.
Hamster, pues ya tuve la experiencia de txiki, y la verdad que no me gustaría repetir… Tuvimos uno cuando mi hermano tendría unos 5 años, yo 10. No recuerdo ni cómo se llamaba. Los recuerdos que tengo son de búsquedas del bicho a las 11 de la noche porque se había escapado de la jaula y allí no dormía nadie con un roedor suelto por la casa; se metía el cab… debajo del frigorífico; pero es que cuando tenía tiempo, se llevaba la comida, la camita de algodón… Además olía fuerte, el jodío.
Al cabo de un año, o algo menos, con mi hermano con una tos persistente que no se le iba, el pediatra llegó a la conclusión de que tenía alergia al bicho, y tuvimos que llevarlo a “una casa donde estaría muy bien” o eso nos dijeron; nunca volvimos a verlo, no sé qué pensar…
Arañas de estas peludas, ni de coña. Yo no meto eso en casa. He de decir que las que entran en casa las saco por la ventana sin matarlas ni nada, pobre bicho; pero eso de meter voluntariamente una araña del tamaño de mi mano en casa, lo siento pero no lo veo.
Otro tipo de mamíferos tipo ardilla, gerbo, hurón, cobaya… no lo veo. Demasiado grandes para estar en una jaula, y en casa sueltos, ni del palo.
Lo mismo que conejos. Hubo un tiempo en que estaban de moda, a una amiga le regalaron un conejo, supuestamente enano, que lo debió alimentar muy bien, porque de enano, poco; terminó el animalico en una granja, conociendo conejas.
Otra conocida tuvo un caso de síndrome de abstinencia del animal. Se escapó, se comió una planta de un vecino (una planta que a veces se fuma, no diré más…), y cuando volvió estaba super agresivo, nivel lo tuvieron que cazar por la terraza, y finalmente no sé qué fue de él. Creo que lo llevaron al monte o no sé. Igual fue a la casa “donde iba a estar bien” nuestro pequeño hamster… no lo sé.
Pollos, tampoco. Recuerdo en mi niñez, que había en las barracas de San Fermín algún puesto donde los sorteaban o vendían, a los pobres pollos, ¡teñidos de colores! Los tenías rosas, verdes, azules, y alguno amarillo, pero ¡también pintado!¿alguien lo entiende?
Más de uno murió envenenado por los sprays que utilizaban para teñirlos… y si sobrevivía, crecían y eran feísimos. Alguno seguro que acabó en la cazuela; yo no llegué a tener, gracias al buen criterio de mis padres (gracias por evitarme el trauma).
Lagartos, camaleones o serpientes, tampoco van a entrar en mi casa. Además del gasto en instalación que precisan para estar bien y hueco que necesitan, que no tenemos, solo pensar en un animalico así, de natural fresco visitándome por la noche porque se ha escapado de su casa… me entran los siete males. Nada.
Así que se acaban las opciones.
Lo que sí haremos, cuando tengamos la casa con jardín, y cumplamos nuestra parte del trato, es ADOPTAR al perrico en cuestión; no creemos en la compra-venta de mascotas (quitando el pobre pez que me salvó de una buena).
Tampoco creemos en las mascotas navideñas o cumpleañeras, que, cuando llegan las primeras vacaciones, molestan y aparecen en las gasolineras o campos. Esos son los que luego acaban, pobres, en la perrera o atropellados en medio de la autopista.
Cuando la cosa cambie, y ampliemos familia con un nuevo miembro de 4 patas, os lo contaré, pero de momento me quedo con las dos animalicos de dos patas.
Yo si que asumí el riesgo,en su día,de que eligiera entre su gato y yo.
Hoy no lo haría…..😜😜😜
También he dado una opción para que haya perro en casa,con lo que eso conlleva para mí,pero eso ya depende de la otra persona adulta de la casa…
Saludos y a seguir así!!!
Corocote