Ama, ¿otra vez esta peli?

Pues no te queda nada… Es la historia de cada Navidad.

Dentro de la sección #Navidad del blog, no podía faltar el hablar de las pelis navideñas que, antes más que ahora, veíamos con las palomitas, la manta y la luz tenue tirados en el sofá con los primos, todos revueltos como ajos y gambas.

Llega la época de Navidad, Año Nuevo y Reyes, y con ello la reposición (una vez más) de un montón de películas que son historia del cine (o del cine friki, depende) y, sobre todo, de nuestra vida, muchas veces más concretamente de nuestra infancia.

¿Que las cadenas de televisión podrían renovar un poco el tema peliculero? Pues sí; lo tengo claro yo, lo tienes claro tú y el vecino del quinto.

¿Que a las cadenas de televisión les sale más rentable poner lo de siempre, que ya lo tienen pagado? Pues también, para qué negarlo.

¿Que a las que somos un poco frikis e incluso nostálgicas nos hace gracia que las vuelvan a emitir? Pues sí; para qué decir que no, cuando es que sí.

Así que, por 25 pesetas cada una, venga esas películas que siempre emiten (o emitían) en estas fechas, y aunque las tenemos requetevistas, las vemos de nuevo, haciendo playback en los diálogos; un, dos, tres, responda otra vez:

La gran familia:

Película de 1962, que ha sido repuesta hasta la saciedad. En blanco y negro.

Trata de una familia con quince hijos (sí, quince, has leído bien) que viven en un piso de Madrid, acompañados del abuelo, y con periódicas visitas del padrino de todos y cada uno de los hijos, que no es otro que José Luis López Vázquez. Cuenta distintos episodios cotidianos de la familia.

Hay que decir que defendía bastante (mucho) la ideología del franquismo (familias hiper-numerosas, con los retoños que Dios te ha dado; católicos y de misa dominical; puros y castos; el hombre es quien trabaja fuera de casa y la mujer en casa, con la aspiración última de ser buena esposa… estas cosillas). De hecho, pese a tener hijos (varones) universitarios, termina la peli con el anuncio del retoño número 16.

La escena más icónica, bajo mi punto de vista, es la pérdida de Chencho en la Plaza Mayor cuando estaba al cuidado del pobre abuelo (José Isbert), hombre estresado donde los haya. Que digo yo, que con 15 churumbeles, uno más, uno menos…

Como en su día tuvo muchísimo éxito, no faltaron las secuelas: La familia y uno más, en que tanto el abuelo como la madre han muerto, y ahí van, drama tras drama; La familia bien, gracias; y La gran familia… 30 años después.

Flor y nata del cine español.

Ben-Hur

Gran producción de Hollywood, de cuando Charlton Heston y esta gente. Galardonada con 11 Premios Oscar, cuenta la historia de un rico príncipe comerciante de sedas, que se va a la cárcel por un desgraciado incidente entre su hermana y algún mandamás de Judea. Es el año 30 dC, y paralelamente cuenta la vida de Jesús.

¿Que es más para Semana Santa? Pues sí, pero de niña, Navidad tras Navidad ahí andaba la peli.

La verdad es que es de estas que te pierdes, pero que el malo es muy malo y el bueno muy bueno. Además es una peli larga, larga (220 minutos).

Entre sus escenas más emblemáticas, la carrera de cuádrigas:

Reconozco que si la echan ahora, es de las peli-siesta. Aparte que el amigo Charlton, no le quito lo buen actor, pero no me cae del todo bien…

Gremlins:

No es navideña-navideña, pero sí que ocurre en esa época del año. Es más de terror-comedia.

Un padre que trabaja viajando, regala a su hijo adolescente un bicho que ha traído no se sabe de dónde (un mogwai), con tres sencillas reglas: no mojarlo, no darle de comer después de medianoche, y que no le dé la luz del sol.

A ver, buen hombre… ¿le regalas esto a un adolescente norteamericano de los años 80? Muy bien, un plan sin fisuras, campeón…

Obviamente, lo moja, le da de comer después de medianoche, y le da la luz del sol. ¿Resultado? El tierno, bonachón y achuchable bichejo se convierte en una fea criatura, mala y jodida como ella sola, desatando el caos en un pequeño pueblo de EEUU.

Peli entretenida, la verdad. Aquí dejo el trailer:

Por supuesto, con su secuela, Gremlins 2, la nueva genración.

Solo en Casa:

La historia de un chaval, benjamín de una numerosa familia, que decide, en época navideña, viajar a París desde Estados Unidos. Entre los tíos, el hermano odioso y algún primo le hacen la puñeta continuamente, por lo que lo castigan al desván la noche antes del viaje. Y entre que se levantan tarde para coger el avión y corre p’aquí, y corre p’allá, se van a todo correr al aeropuerto y se dejan al chaval en casa. Hasta aquí super normal.

¿Que cuándo se dan cuenta? Cuando ya ha despegado el vuelo. Sí, sí… va y resulta que el hijo más revoltoso y porculero no está ¿y no te das cuenta? Esto no lo escribió ni un padre ni una madre.

Claro, agobio de la madre, que además había discutido con el niño antes de castigarlo, el resto no se ve tan agobiado… claro, con tanto niño, pasa como en “La gran familia”, que si pierdes uno… pues bueno, tampoco se nota tanto.

La cosa es que además de todo esto, un par de ladrones, caracterizados como ladrones de peli (vamos, que no sé cómo no los han detenido todavía) se dedica a robar por las casas del vecindario; quien dice casas, dice casoplones; y bueno, vecindario en el que todos los vecinos (excepto el de la casa de al lado de Macaulay Culkin) se piran de vacaciones en fechas navideñas… no sé, decoras la mansión con lucecitas por todas partes y ¿luego te vas? No lo veo.

En resumen, lo ladrones intentan robar en casa del niño este, mezcla entre McGyver y Daniel el Travieso, mientras él les llena la casa de trampas de hielo, clavos y cosas al rojo vivo, y se maneja de manera autónoma haciendo la compra, preparándose la comida y poniendo lavadoras. Con 10 años. ¡¡Anda ya!!

Por supuesto tuvo sus secuelas: Solo en Casa 2, perdido en Nueva York; Solo en Casa 3… y no sé si hay también 4 y 5. He de reconocer que solo he llegado a la 2, en la que otra vez el chaval se queda solo, esta vez en Nueva York.

De todas formas, luego nos sorprendemos de cómo acabó Macaulay Culkin, pero es que muy estructurada esta familia, no sé yo… perdiendo al chaval dos años seguidos en Navidad… eso trauma sí o sí.

Siete Novias para Siete Hermanos:

Peliculón de sobremesa, clásico, clásico; de esos megaproyectos cinematográficos de Hollywood. Visto con los ojos de ahora, pelín machista (quien dice pelín, dice madremíadelamorhermoso), pero poniéndola en su contexto, la verdad que es una película muy entretenida, con una banda sonora impresionante.

Es la historia de siete hermanos que viven en las montañas, de los cuales el mayor consigue esposa en el pueblo (como quien va a cazar venados) en un día, así un poco muy engañada; omite el pequeño detalle de que van a convivir con sus seis garrulos hermanos… Al llegar, descubre todo el pastel, pero como tiene más ovarios que los siete mangarranes juntos, los pone firmes en un di-da. Por cierto, que los siete individuos tienen nombres en el orden del abecedario: Adam, Benjamín, Caleb, Daniel, Efraín, Flor y Gedeón.

La cosa es que bajan al pueblo a relacionarse con otros congéneres, y se enamoran los seis hermanos de seis mozas del pueblo. Llega el invierno y toman la estupenda decisión de bajar al pueblo, secuestrar a las seis chavalas y llevárselas a la montaña, cerrando con un alud de nieve el único caso que hay, imitando un poco el robo de las Sabinas del Antiguo Testamento.

Cuando llega la primavera, las familias van a su rescate armados hasta los dientes, pero las chicas están ya perdidamente enamoradas de los seis mozalbetes, por lo que se casan en una boda comunitaria.

En este clip vemos el cortejo del pavo real intentando conquistar a su… ¡Ah, no! perdona, que son un puñado de maromos con una masculinidad un poco tal midiendo a ver quién la tiene más larga… la mirada, la mirada.

No deja de ser una de mis escenas favoritas del cine de todos los tiempos.

Sonrisas y Lágrimas:

Otro peliculón megaproyecto Hollywoodiense tipo al anterior, que también tiene una banda sonora de flipar.

Cuenta la historia de la joven María (Julie Andrews), una joven novicia que las lía pardas en el convento, y que la Madre Superiora, en su eterna sabiduría, la manda de institutriz a casa del capitán von Trapp, oficial naval retirado, viudo, y con siete hijos a su cargo. Si algo me está quedando claro con este post es que la Navidad va de familias con descuentos en Renfe…

La cosa es que llega la moza, y ve que el padre lleva a los hijos con disciplina militar, a toques de silbato y toda la pesca; y los hijos se dedican a apostar cuánto les va a durar la siguiente institutriz, ya que les hacen la vida imposible hasta que consiguen que se vayan; y todo esto porque reclaman la atención de su ocupado, estricto y un poco amargado padre.

La nueva institutriz se hace con los chavales, les hace ropa con tela de cortinas y les enseña a cantar (todo en un día), mientras el capitán está de viaje. A la vuelta le monta el pollo a María por vestir a sí a sus hijos, pero al oírles cantar a una churri que se ha traído de Viena (la Baronesa), flipa en colorinchis y le pide a María que se quede con ellos.

La cosa es que la novicia se empieza a enamorar del capitán, y tras unas pocas idas y venidas, se terminan casando, para regocijo de la chavalería.

Mientras, Hitler y los nazis anexionan Austria y le llaman a filas al capitán, que decide huir con su familia lejos de allá, ya que es contrario a las ideas del Régimen.

Una escena emblemática:

¡Y otra!

Conste que las he puesto en versión original, porque de verdad, las canciones traducidas… dan así, un poco de cosica.

Especiales de Disney:

Son películas sin tanto presupuesto como las originales, a modo de secuelas o sin más, cosas que se les ocurren, con personajes de Disney ambientadas en Navidad.

Una muy clásica es la del Cuento de Navidad, que tiene más años que Carracuca (alguien que debía tener muchos años); un trocito:

La Bella y la Bestia también han vivido la Navidad:

Elsa, Ana y Olaf:

Y un super clásico:

Harry Potter. La que quieras de las 8:

Y ya por terminar, aunque sé que me dejo varias, en los tiempos que corren, aunque ya casi es un clásico, la historia del niño que sobrevivió. Aunque lo pone en el título, los más frikis (como mi familia y yo), sabéis que me refiero a Harry Potter.

Cuenta la historia (normal, como tantas), de un niño huérfano que vive con sus tíos, que por cierto, le tratan un poco regulinchi, que un buen día recibe una carta para acudir al Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería; porque va y resulta que es mago, y él no lo sabía.

Descubre, entre otras cosas, que es huérfano porque un mago tenebroso mató a sus padres, y que la cicatriz que tiene en la frente con forma de rayo no es por un accidente, sino por una maldición que rebotó en su madre, que le salvó la vida. Y sin comerlo ni beberlo, de ser un cero a la izquierda en casa de sus tíos, en el mundo mágico le conoce hasta el apuntador.

Así que toda la saga (8 pelis) cuenta curso tras curso las aventuras de este chaval y sus amigos hasta conseguir derrotar al mago este malote que ha conseguido volver a encarnarse y recuperar su poder.

Tiene todo un mundo alrededor que despierta la imaginación de txikis y mayores. Y sí, es de estas sagas para frikis, con sus teorías, merchandising e idas de olla varias, pero a mí me encanta.

Seguro que me he dejado varias pelis clásicas navideñas, os invito a ponerlas en comentarios.

Mientras tanto, espero que hayáis pasado muy buenos días, y tanto Olentzero, Santa Klaus, San Nicolás, Papá Noël, los Reyes Magos, el Tió, el Niño Jesús o el Amigo Invisible hayan sido generosos.

Que empecéis el año con el pie bueno, y a darle duro al 2023.

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