Ama, ¿dos chicas pueden ser novias?

Esto me preguntó Hija1 hace ya unos años. En estos cacaos que les hacemos en la cabeza a los txikis, preguntándoles a ver si tienen novio o novia con 5 años. Según su concepto de novio/a, su mejor amiga podía serlo, era alguien a quien quería mucho, y con la que disfrutaba mucho el tiempo que estaban juntas, así que entraba en la definición, y esto le llevaba a un poco de confusión.

Le explicamos que, evidentemente, sí. Había algún niño de su clase que no lo tenia tan claro, y por eso preguntó. Ella lo tenía bastante asumido (tiene ejemplos de parejas homosexuales en su entorno), pero le entró la duda, al ser alguno muy vehemente en su postura de que no podía ser.

Con los años, una vez ya tenía claro eso, un día, teorizando sobre chicos, chicas y relaciones, me preguntó: “ama, y tu, ¿qué pensarías si a alguna de las dos nos gustase una chica?” “Pues que mi hija se está haciendo mayor y le gusta alguien, y que va a empezar con los enamoramientos, y que a mí me entra la angustia porque crecéis demasiado rápido”. Me miró raro. Ya lo entenderás hija, que es que a veces envejecemos cuando cumplen años otras personas, y con los hijos se multiplica por mil.

Por un lado, nos sentimos aliviados de que nos preguntase si le aceptaríamos, y poder explicarle que sí, que vamos, que sin ninguna duda. No en vano, cada vez que alguien les preguntaba a cualquiera de las dos, a ver si les gustaba un chico, yo siempre apostillaba “o chica”. Anda que no me he llevado miradas y comentarios de “¿cómo puedes decirle esas cosas?” Pero a ver, ¿qué cosas? Nosotros queremos que nuestras hijas sean libres, y si les gusta una chica, pues igual que si les gusta un chico; que lo vivan con normalidad y naturalidad, sabiendo que los suyos les quieren por quiénes son, con por con quién están, ni mucho menos por lo que tenga entre las piernas su pareja, o su lío, o su ligue, o lo que sea.

Creemos, que el rechazo de su propia familia sólo puede llevarle a pensamientos o sentimientos raros y a no aceptarse a sí misma… Si tus referentes de toda la vida (tus padres, tu familia, tus amigos) te rechazan por tu orientación sexual, supongo que el golpe tiene que ser brutal, llevándote a comidas de tarro importantes, y pueden llegar a desatar conductas peligrosas, como ya se ha visto en multitud de ocasiones.

Si no te aceptas, ni te quieres a tí misma, es probable pensar que no te acepta tu entorno (aunque no sea cierto); y eso lleva a intentar ser aceptada de cualquiera de las maneras, pasando por donde haya que pasar. Sobre todo en la adolescencia. Y hablo de consumo/abuso de sustancias, relaciones tóxicas, sexo no seguro… Y millones de cosas más que oímos día a día. Así que si podemos ser un factor (como ya somos) que influya en vivirse de manera positiva, en aceptarse y tener buena autoestima, ahí vamos a estar.

Nuestro deseo más deseado del mundo mundial, es que cada una de nuestras hijas se quiera bien, para querer bien y que le quieran bien, y de esta manera, que sean felices, con pareja o sin pareja, eso mira, cada una verá… que también la teoría de la media naranja, a mí me hace aguas por todas partes… Así como comentario, que esto de que somos medias naranjas, y tu felicidad depende de encontrar a tu otra mitad… pues me parece un poco cogido con pinzas; cada uno somos una naranja, o una manzana, o una pera, ENTERA y, si quieres buscar a alguien (que no olvidemos, que es una opción) será otra manzana, u otra naranja, una pera o un racimo de uvas, pero será alguien que te complemente, no que te complete. He dicho.

Así que, resumiendo, la conclusión que sacamos con las txikis es: sí, dos chicas pueden ser novias. Y si a alguien no le gusta, como se dice en mi casa, que se dé dos vueltas. ¡Que estamos en el siglo XXI, coño ya!

Publicado en: Post

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.