Pues nada, aquí estamos de nuevo, con el firme propósito de volver a la publicación semanal.
He de decir que no es que no haya escrito durante todo este tiempo… pero por falta de tiempo, tengo un puñado de post (¿posts?¿postes?¿postets?) a falta de la última revisión que, aunque no van a estar con la más absoluta actualidad, no me parece mal publicar. Tampoco es que sea yo un medio de comunicación, ni que me dedique profesionalmente a esto, con lo cual, aquí los dejaré para quien los quiera leer.
Y este va a ser uno de mis propósitos principales de año nuevo.
Así que allá vamos con el tema del día: LOS PROPÓSITOS DE AÑO NUEVO. Siempre partiendo de la base que ya he comentado en más de una ocasión, de que para mí el año nuevo empieza en realidad el 1 de septiembre, pero bueno, como la tradición dice que es a partir del 1 de enero, no voy a discutir (propósito número dos: discutir menos).
¿Cuáles son los propósitos típicos de Año Nuevo de todo adulto medio? Voy a ir analizándolos viendo el propósito y su habitual debacle, porque sí, amiguitos, muchas buenas intenciones, pero luego…
#1 Hacer más deporte
Y aquí es donde los gimnasios se frotan las manos. Porque la mayor parte de la gente asocia hacer más deporte con apuntarse a un gimnasio, pero lo que no tienen en cuenta es que ¡también hay que ir!
Así que a partir del primer lunes después de Reyes, se petan todos los gimnasios de gente dándolo todo, las tiendas de deportes venden mallas y camisetas técnicas como churros, además de zapatillas ultra-mega-super fashion para hacer running (que no salir a correr, no me seas ordinario).
¿Qué sucede con esto? En el gimnasio, a partir de la segunda semana de febrero empieza a haber más máquinas vacías porque (inserte excusa: tirón, sobrecarga muscular, horas extras en el curro, el niño se ha puesto malo), y luego retomar la rutina se va complicando. Para Semana Santa el 80% lleva tiempo sin ir, y ya después… ¡qué pereza! Eso sí, se sigue pagando la cuota mensual del gimnasio, porque “no, no, es una mala racha, volveré”. Spoiler: vas a estar pagando cuota un montón de meses sin ir, porque te da palo darte de baja.
Los del running, parecido porque (inserte excusa: tirón, sobrecarga muscular, hace mal tiempo, las extraescolares del chiquillo), y si eso, ya iré otro día.
#2 Comer más saludable
Después de los excesos navideños que culminan con la ingesta de uno o más roscos de reyes, con su relleno de nata, trufa o crema, toca asumir los kilos de más que has depositado en tu cuerpo serrano.
Hay quien retrasa otra semana más el ponerse a ello, porque algo hay que hacer con las sobras de las comilonas, incluida esa barra de turrón que compraste el día 6 de enero (¿?), y pasa la primera semana de curso a base de gorrín asado, sopa de pescado, croquetas y fritos variados, y de postre turrón. Eso sí, para cenar una ensalada, que hay que desengrasar. No sé muy bien si se trata de una aclimatación a una dieta o simplemente un autoengaño; bueno, sí lo sé, pero es por dar el beneficio de la duda.
Y llega el momento de comer más saludable, y se confunde esto con una penitencia, y en lugar de comer más saludable, se recortan cantidades y nutrientes, dando lugar a una dieta deficiente, porque es la dieta que sigue (insertar famosa/influencer de turno), y baja 10kg (que no tiene de dónde) en 2 semanas. Y pues eso, efecto rebote, yo-yó o como quieras llamarlo, y en vez de perder los 2kg que te has echado, coges 4.
Recomendación: médico de familia, o enfermera, que te puede dar consejos e incluso una dieta, si tienes sobrepeso, o nutricionista de pago, para que escueza el bolsillo y te pongas las pilas. Y comer bien, no poco.
#3 Ahorrar
Yo aquí, no puedo dar consejos. No sé, lee algo en internet, porque a mí no me sale. Y cuando me sale, y llevo así una temporada ahorrando, se me estropea el coche, y sablazo desde el taller, así que lo único que puedo decir es: ¡suerte!
#4 Leer X libros
O leer más, a secas. Hay veces que menos, tampoco se puede…
Nunca he entendido mucho lo de poner un objetivo numérico a la lectura. Quizá sea porque leer es una mis aficiones más grandes, desde bien pequeña. La verdad es que leo de todo, sobre todo novelas, de cualquier tipo: histórica, romántica, policíaca… Y cuando estoy floja de lecturas, la cosa es dar con una saga o con un escritor o escritora que me enganche, y leer todo lo que tenga seguido.
Además, hoy en día, que tienes tantos formatos para poder tener libros, incluso en el móvil, no hay excusa.
Y realmente no hace falta que sean unos ladrillos infumables, que leer comics o novelas gráficas ni es de niños, ni tiene por qué estar mal, puede ser una forma de empezar.
#5 Viajar más
En algunos casos, menos no se puede.
Y luego está un tema: cada vez que hablamos de viajar ¿tiene que ser a donde Cristo perdió la alpargata? Quizá nos podamos plantear viajes más económicos y cercanos, si andamos con presupuesto justis. Otra cosa es que puedas cumplir el objetivo #3, y tengas fondos para hacerlo… Entonces sí, da vueltas al mundo hasta que te marees, pero si no es el caso, antes de quedarte en casa, si te gusta viajar, plantéate la forma de hacerlo, porque se puede.
#6 Dejar de fumar
Este es super típico. Tengo una amiga que dejaba de fumar cada 1 de enero; durante unos cuantos años. Luego lo dejó definitivamente un septiembre.
La verdad que para la gente que no ha fumado nunca es difícil de entender, pero el enganche que supone el tabaco es bastante potente. Y al ser una droga socialmente aceptada (aunque cada vez menos), es complicado, aunque veas lo malo que es, que estés totalmente convencida.
Yo lo dejé un 12 de junio. ¿Por qué esa fecha? porque era lunes, así de claro. Y eso sí, con tratamiento farmacológico y seguimiento “psicológico” de mi enfermera del centro de salud. Pongo psicológico entre comillas porque no era una psicóloga, pero sí que había un apoyo de este tipo.
Con esto, ¿qué quiero decir? que si bien hay gente que es capaz de dejarlo de un día para otro, la mayoría de las veces no vale con un “lo dejo”, sino que hay que planificarlo y buscar ayuda. Y quizá el día 1 de enero no es el mejor día para esto.
#7 Aprender inglés
Uno de los propósitos más recurrentes de mi generación, por no decir el más. Sólo hace falta recordar la enseñanza de inglés de nuestros tiempos.
Yo voy como a temporadas: hay veces que lo doy por imposible, y otras que digo “estaría bien sacar por lo menos el B1” y en eso me quedo. Pero no descarto hacerlo algún día (que no tiene por qué ser el 1 de enero).
Estos son algunos de los propósitos de año nuevo más repetidos en diferentes encuestas que he podido cotillear por internet, pero seguro que me dejo un montón más.
Solo me queda animaros con los vuestros, recomendaros que sean realistas y progresivos, y que cuando los consigáis os sintáis llenos de orgullo por los logros conseguidos.
Y si os apetece, escribís en comentarios algún propósito que echéis en falta.