Ama, ¿hasta qué hora me dejas en sanfermines?

Otra etapa que quemamos, y a mi ya se me está empezando a hacer bolo.

Como todos los años (quitando los pandémicos), quedan ya pocos días para que nuestra Vieja Iruña se tiña de blanco y rojo, y estalle la fiesta y la alegría en cada rincón. O algo así dicen en el telediario.

La cosa es que ya estamos ahí. La cuenta atrás con la que llevamos un año marca ya menos de 4 y estamos: TENSOS.

Es lo típico que se dice, pero es que es verdad: el que no es de aquí, no sabe lo que es la previa a San Fermín, ese almuercico del día 6 (para mí el mejor) con la cuadrilla, que año a año ha ido acogiendo nuevos integrantes. Esos minuticos justo antes del txupinazo, los nervios, la emoción… al fin y al cabo, el sentimiento.

Y como somos de tradición fácil, pues es lo que Hija1 e Hija2 han ido mamando desde que nacieron. A lo que unos tomaban kalimotxo, ellas tomaban teta; a lo que unos se comían el ajoarriero o el rabo de toro en salsa, ellas su puré. Y poco a poco, año a año, pues han ido descubriendo las distintas facetas de la fiesta.

Y a todo esto, Hija1 ya ha comentado, como quien no quiere la cosa, que “a ver, algún día-tarde-noche ya me gustaría dar una vuelta con mis amigas…”. A lo que Aita y yo, después de quitarnos las lágrimas y darnos la crema antiarrugas, pues qué remedio, a negociar toca…

La verdad es que es una moza responsable, con dos dedos de frente y la cabeza bastante amueblada para los 15 años que tiene. Y el grupete con el que anda, pues también; con sus cosas de adolescentes de 15 años, dentro de la normalidad.

Hija1: ¿Hasta qué hora me vais a dejar?

Núcleo Duro de la Negociación: ¿Hasta qué hora dejan a tus amigas, Hija1?

Hija1: No sé.

NDN: Pues es lo primero que tienes que saber… Para volver todas juntas. ¿Y qué vais a hacer?

Hija1: No sé.

NDN: Querida hija, veo fisuras en tus planes… ¿en serio no habéis concretado nada?

Hija1: Sí, bueno… queremos ir al concierto de (introducir grupo).

NDN: Ah, vale, pues está bien, después del concierto quedaremos y para casa, si te parece…

Y le pareció.

Nuestra idea es que se vayan todas más o menos a la vez; es más, somos los primeros voluntarios para ejercer de teletaxi, aunque tenga que llevar a alguna a Tudela (bueno, tanto no sé… pero ya se entiende).

Lo que sí llevamos días recalcando son mensajes de confianza en nosotros y diálogo abierto permanente. Es un trabajo de años, el que ahora Hija1 se sienta con la libertad de contarme que ha probado el kalimotxo, sabiendo que no se va a llevar una bronca, de la misma manera que nosotros sabemos que (al menos de momento) no va a ir a cogerse la cogorza del año.

Llevamos tiempo hablando con ella sobre alcohol, sobre todo, y sobre otro tipo de sustancias. Tenemos bastante claro que hay posibilidades de que lo pruebe (lo tienen ahí, a todos nos han tentado, y está a la orden del día entre los chavales de su edad).

Y como decía, hemos conseguido que nos cuente cuando ha probado el kalimotxo; sin dramas, ni por su parte, ni por la nuestra. Y ha aceptado nuestros consejos: no merece la pena cogerse un cogorzón; si vas a beber algo hazlo con el estómago lleno, come algo; no dejes nunca abandonada a una amiga que esté muy pedo, cuidaos entre vosotras; llámanos si necesitas cualquier cosa, a cualquier hora, en cualquier estado, vamos a estar ahí para ti, para solucionar el problema, y la conclusión ya la sacaremos al día siguiente.

De momento lo primero que se le ha presentado ha sido el alcohol, pero no dudo que surgirán más cosas: drogas, sexo… y trataremos de mantener esta línea. De hecho ya lo estamos haciendo, cuando surge el momento, porque como he comentado, es un trabajo de años. Creemos que si de repente a los 14 años te plantas delante del chaval o chavala a hablarle de todo esto, ya vas un poco tarde, porque normalmente ya han oído hablar de ello, tienen su idea (muchas veces equivocada o sesgada) de lo que va el tema, y los puentes que no has tendido para entonces, es difícil cuando están entrando en esta fascinante etapa de la adolescencia, o “aborrescencia”, como dice una amiga de cuyo nombre ahora no me acuerdo…

Los primeros sanfermines que se sale, a los sufridos padres y madres nos resultan durillos (ahora me estoy dando cuenta, claro); las fiestas de San Fermín no son como un fin de semana normal, nuestra población se multiplica por bastante, y hay mucho “mangarrán” suelto por la ciudad; y claro, lo sabemos porque nosotros también hemos estado ahí, haciendo el pavo, hace relativamente poco… y sabemos lo que hay.

Así que toca educar en autoprotección, protección grupal y sororidad: cuídate (en todos los sentidos); cuida de tu cuadrilla, no dejéis a ninguna sola; cuidaos entre vosotras, todas. En la responsabilidad, que no se te vaya la olla. En el criterio propio, aunque ya sabemos lo qué es la presión de grupo… Así que toca recoger lo que hemos ido sembrando, y desde nuestra posición se ve con cierto respeto, la verdad. Pero la verdad es que confiamos en Hija1, no nos ha demostrado que no podamos hacerlo.

Lo único que queremos en realidad, es que aprenda a disfrutar las fiestas igual que lo hemos hecho Aita y yo, que nos lo hemos pasado en grande, ahora que empieza a despegar.

Así que, con toda la ropa ya preparada (desde el día 24, no me lo puedo ni creer), y sudando con la cuenta atrás… ¡Viva San Fermin! Gora San Fermín!

Nos vemos el 6.

1 comentario de “Ama, ¿hasta qué hora me dejas en sanfermines?”

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