Hija1 está ya a punto de acabar DBH-ESO y le toca ir eligiendo itinerario para cursar un futuro Bachiller o Formación Profesional. El año pasado ya le tocó elegir entre ciencias, humanidades y tecnológico, ganando por goleada humanidades.
Así que, a sus 15 años, casi 16, le toca pensar por dónde va a tirar. Así, en una edad tan estable, vacía de dudas existenciales (o no), y que nada te provoca inseguridad; en la que tus decisiones te cuesta tomarlas 3 meses, y una vez que la tienes, a los dos días puede cambiar… No se quién se inventó esto, pero vamos… El “Tontico de Oro” le vamos a dar.
Afortunadamente en la ikastola en la que está (y en la que estudia a ratos), el orientador se toma muy a pecho su trabajo, hace un estudio concienzudo de sus alumnos, y tiene claro que lo que se plantea desde su departamento es una opinión-consejo, pero que, en cualquier caso, la decisión final la toma la familia con el chaval en cuestión.
Tanto Aita como yo vamos viendo tanto a Hija1 como a Hija2 en su crecimiento, su desarrollo, y vas viendo hacia dónde apuntan maneras. Y de vez en cuando lanzamos el globo sonda: “¿vas teniendo idea de qué quieres hacer después de la ESO?”. Aunque claro, con Hija1 ya el tiempo como que se nos echa un poco encima.
Por ello, esta última semana hemos tenido las jornadas de puertas abiertas de varios institutos, para ver hacia dónde tiramos y en qué centro, ya que en la ikastola no hay bachiller.
Por lo menos partimos de una cosa que tiene clara (afortunadamente) y es que va a hacer bachiller, porque su objetivo son unos estudios universitarios en concreto: magisterio. Bueno, eso ahora, porque a lo largo de su existencia vital hemos pasado por un montón de fases: paleontóloga a los 6-7 años, granjera algo más tarde, peluquera (que nos duró poco), científica (hasta que descubrió la física), y luego dudamos en cosas tan pares como el diseño, la hostelería o ser maestra, esto último como con más fuerza. Así que, de momento, hacia allí se dirigen los esfuerzos, pero sin cerrar del todo la puerta a más opciones, que luego la vida…
Pues nada, entre buscando por el ciberespacio y los correos del orientador con información de los días de visita en los distintos centros, organizamos un plan de acción. Le hemos acompañado Aita y/o yo a todos los centros que ha querido ver, en los cuales nos explicaban lo que había, las distintas opciones (otra vez a elegir), y las características del centro.
Y ha habido premio: los tres estamos de acuerdo con el mismo centro. Y se va a ir por humanidades, pero por la rama de ciencias sociales, por lo de no cerrarse puertas y eso.
Para ella era importante que hubiese su “especialidad”, cosa que no era muy complicada; que fuesen amigas suyas, y van unas cuantas; y que el ambiente fuese de centro pequeño, que lo de las aglomeraciones lo lleva regu. Y este centro cumple con sus exigencias, así que todo bien.
Para nosotros, además de todo esto, que hubiese relación fluida con el centro, cosa que ya hemos visto, con algunos intercambios de correos; que ella estuviese de acuerdo, cosa que ya estaría; y que no fuese un problema para la infraestructura familiar en cuanto a distancias y horarios, cosa que también cumple.
Hemos intentado también ponérselo fácil porque bastante tiene este año con lo que tiene: terminar la ESO y graduarse, terminar en el centro en el que lleva desde los 3 años (con toda la movida emocional que esto conlleva), y ser consciente de que está creciendo y tiene que decidir sus cosas para su futuro, que depende solo de ella.
Ha habido cosas con las que le hemos apretado las tuercas: las notas. Es un rollo, pero está así montado, así que nuestro mensaje ha sido que, sobre todo en los dos años que le vienen por delante, va a tener que estudiar. Mucho. Aunque no nos defina un número, este (la nota final) es lo que va a contar para poder entrar en los estudios que quieras (sobre todo en la uni, que es su objetivo), y una nota alta, significa más posibilidades para elegir lo que TÚ quieres, es decir, mayor libertad.
Por otro lado, con toda la presión que le viene (y que le vendrá), estamos intentando también ayudarle a relativizar, con cosas como:
– Elige lo que a ti te guste, porque eres tú la que se va a dedicar a lo que estás eligiendo, por mucho que a tu madre le gustaría que fueses yo qué sé lo qué, o a tu abuela lo otro, es TU DECISIÓN y TU FUTURO. Es tu camino, no el nuestro.
– Si te das cuenta de que lo que has elegido va a ser que no es, no pasa nada, se puede cambiar, o buscar la forma de hacerlo. Tienes toda la vida por delante para inventarte y reinventarte.
– Aita y yo estamos contigo, y te apoyaremos siempre; la ayuda que necesites, te la daremos o te ayudaremos a encontrarla.
Así que nada, en breves haremos la matrícula para bachiller… Esto me lleva a pensar en ¡coj… qué rápido pasa el tiempo! Si ayer entraba Hija1 conmigo de la mano a 1º de Educación Infantil, y ya estamos pensando en la Universidad…
Ya decidiendo si futuro. Cómo pasa el tiempo. No me hago a la idea de que tengo nietas tan mayores. Sacará lo que proponga. 😘😘